domingo, 10 de mayo de 2015

PASTELES DE BELEM



INGREDIENTES para 10 uds.

  • 500 ml de leche
  • 50 ml de nata
  • 50 gr de maicena
  • 150-180 gr de azúcar
  • 3 yemas de huevo
  • Aromas: palo de canela, zeste de naranja o limón y esencia de vainilla o una vaina.
  • 25 gr de mantequilla
  • 250 gr de Hojaldre


ELABORACIÓN

Hacer una crema pastelera, calentando casi toda la leche con la mitad del azúcar y los aromas. Cuando haya hervido unos minutos, reservamos tapado en lugar ventilado.
En un bol dónde hemos reservado un poco de leche fría y el resto del azúcar añadimos la maicena tamizada, remover y añadir las yemas, remover.
Añadir al bol la leche del cazo colándola, remover la mezcla y colar otra vez al cazo para poner al fuego lento removiendo frecuentemente con varilla para que no agarre al fondo del cazo, la crema tiene que hervir ligeramente. Cuando espese añadir la nata y remover. Retirar del fuego y añadir la mantequilla, remover hasta verla fundida. Reservar.
Precalentar el horno a 200ºC, estirar el hojaldre, cortar unos discos para colocar en los moldes engrasados con mantequilla, hundir el hojaldre con un vaso pequeño para que queden bien de forma.



Cargar una manga pastelera y boquilla lisa con la crema, rellenar los moldes hasta un tercio de su capacidad y hornear durante 15’-20’.



Espolvorear glas y canela recién sacados del horno



HISTORIA.

Los “pastéis de belem” o similares podréis encontrarlos por toda Lisboa y el resto de Portugal, y por supuesto tienen una curiosa historia.
Actualmente se elaboran en la “Fábrica de los pastéis de Belem” con una receta secreta que guardan celosamente bajo llave y que mantienen desde 1837. 
A inicios del siglo XIX en Belem junto al Monasterio de los Jerónimos existía una fábrica de caña de azúcar. En 1834, con la Revolución Liberal, muchos conventos de Portugal fueron clausurados dejando a sus habitantes en desamparo. Para subsistir algunos miembros del convento pusieron en marcha un pequeño comercio anexo a la fábrica de caña, donde preparaban los “pastéis de belem” con una antigua y secreta receta procedente del Monasterio. Tres años más tarde comenzó la fabricación de estos dulces de una manera más organizada y en mayor cantidad.

Desde ese año continúan con la tradición y manteniendo la receta original, algo que es muy meritorio y que otorga a estos dulces un valor añadido.


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